Los expertos aseguran que nuestra sociedad es, posiblemente, la más sexualizada de la Historia. Gracias a las nuevas tecnologías y al acceso que han dado a todo tipo de contenido erótico y pornográfico, hemos llegado a un punto de normalizar este tipo de acciones. La sexualización llega desde el cine a la música, con unas coreografías y videoclips que son casi explícitos, pasando por la abundancia de desnudos en las películas o las series. El triunfo de una plataforma como Onlyfans, donde cualquier chica o chico puede subir contenido erótico a cambio de grandes ganancias, es el ejemplo más claro de que el sexo sigue vendiendo, más que nunca. Sin embargo, ¿es cierto eso de que somos la sociedad más erotizada? Solo hay que echar la vista atrás unas décadas para comprobar que, en los años 80, la sexualización estaba incluso más a la orden del día. De hecho, en aquellos años se permitían cosas que hoy son impensables, muchas de ellas en torno a la sexualización de la mujer desde un punto de vista machista. Rara era la película, daba igual el género, en el que no aparecieran chicas desnudas, sin ningún tipo de sentido ni justificación.
La aparición de estrellas como Madonna o Sabrina Salerno puso en jaque a aquellos conservadores que se llevaban las manos a la cabeza con el exhibicionismo de estas artistas. Fueron ellas las que rompieron esa barrera que hoy ha permitido existir a estrellas como Miley Cyrus o Lady Gaga. Provocadoras, sí, pero en un mundo mucho más abierto donde ya estamos acostumbrados a este tipo de “escándalos”. Ser consciente del relativismo que supone compararnos con otras épocas también sirve para poner en contexto la nuestra y entender mucho más nuestra situación actual. Si vamos atrás en el tiempo, buscando por ejemplo la primera película pornográfica de la historia, no podremos evitar sonreír al comprobar lo que a finales del siglo XIX se consideraba explícito. Y es que los tiempos cambian, y antes enseñar un tobillo era como ir en completamente desnudo por la calle hoy en día. Por eso queremos hablar de Le Coucher de la Mariée, aquella primera película, o más bien escena, pornográfica de la Historia del cine.
Seguir leyendo